
De nuevo tenemos a Ataraxia presentando su último disco titulado “Kremasta Nera” cuyo nombre proviene de una cascada de unos 30 metros ubicada en una isla griega en el mar del Egeo llamada “Samotracia”, famosamente conocida por su escultura “La Victoria alada de Samotracia”, y que da lugar a toda la filosofía de este disco que reside en una antigua civilización en la que cada ciudadano, tanto si fuese de la tierra como extranjero, debía de pasar 9 rituales, los cuales eran creación, dominio, amor, nacimiento, sacrificio, purificación, recuerdo y coronación, sin embargo, el último ritual, el noveno, no podía ser nombrado, y es que, al igual que este oculto secreto, dicha civilización se caracterizaba por sus grandes misterios e incógnitas, por el desconocimiento y la incertidumbre que creaban en las gentes de la época.
Tras esta breve introducción al mundo de “Kremasta Nera”, el cual es mostrado, narrado y revelado por los italianos Ataraxia, nos sumergimos en su aspecto musical que, si por casualidad queda alguien que desconozca esta banda tras su larga e intensa carrera musical, solo hemos de decir que han sido siempre un símbolo y un estandarte de la música ambiental y neo-clásica desde que empezaron su andadura a principios de los años 90, y es que ya ha pasado largo tiempo y aun así siguen demostrando que todavía les queda vida y ganas de trabajar como se plasma en esta última obra, que si tras su “Paris Spleen” echaron una canita al aire dejando un poco al lado su línea sin fallar en el intento, con este último disco han vuelto a su característico sonido y de una manera más viva que nunca de la mano de melodías y atmósferas evocadoras, de acordes acústicos harmonizados y espirituales, de percusiones étnicas y ancestrales y sobretodo de la profunda, mística y bella voz de su vocalista Francesca Nicoli que personalmente, es la faceta que más señalo y admiro de esta banda debido a sus infinitos registros y de la fuerza y la dulzura que puede llegar a dar.
Además, Ataraxia no es solo música, no son solo melodías, es mucho más, es una representación artística de un concepto tanto en su vertiente musical como en su vertiente visual, en este caso de la civilización en Samotracia, que rememora épocas, civilizaciones y leyendas que hacen que las veas como si fueran reales, como si las pudieses tocar y vivir siendo esa la virtud más señalada de Ataraxia, su evocación y su consecuente plasmación.
Finalmente solo cabe señalar que, aunque Ataraxia tenga infinidad de discos en su larga trayectoria, cada disco es un concepto, cada disco es una idea y cada uno tiene su idiosincrasia, por lo que solo se puede comparar musicalmente con sus antecesores, cosa que no se puede hacer con sus conceptos ya que cada uno es un mundo, y este “Kremasta Nera” es su nuevo mundo, el que han elegido los italianos y lo han llevado a cabo de manera magistral, así que, aunque no seáis devotos del estilo, dadle una oportunidad, no creo que os defraude ya que tiene mucho que ofrecer, y para terminar os transcribo una frase con la que Ataraxia define su disco y os resumirá todo lo escrito aquí:
“Este álbum está inspirado por las luces y las sombras de una civilización extinguida, un mundo perdido que eclipsó con sus secretos”.
Reseñado por:
Iadalbaoth el
4 /
10 /
2007